y rasgo la obscuridad en pedacitos.
Dejemos que nuestras vidas diurnas sean igual.
Dejad que los místicos constantemente nos recuerden,
que las partes sean felices al igual que las enterezas.
En nuestras manos vino.
En nuestras manos viento.
La noche contiene al día.
El océano se rompe en las olas.
El cielo se pone el regalo que le dimos.
Cualquiera que sean las costumbres de la humanidad
se transforman en compasión.
Nada con dimensión y forma
puede mantenerse inmóvil cuando la pasión se mueve.
Comienza de nuevo tu vida.
Todos son completamente perdonados,
sin importar las circunstancia.
Esta es la fuente que no puede ser resistida.
La gracia que en este momento se llama Saladin,
una amistad aniquiladora como la de
José, la cual el rey de Egipto termino
pagando con el Egipto mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por sus comentarios.